Poeta, tratadista histórica y política del medioevo. Se enfrentó a los estereotipos misóginos de la época prevalecientes en el ámbito del arte. Fue la primera escritora profesional en Europa. Sus escritos innovadores, en los que hacía uso de técnicas retóricas, desafiaban a los escritores renombrados de la época como Jean de Meun, quien expresaba ideas misóginas en sus trabajos literarios.
En décadas recientes, el trabajo de Pisan ha recobrado su prominencia gracias a ciertos estudiosos que la consideran una feminista incipiente, por expresar con un lenguaje eficaz que la mujer podía tener un papel importante en la sociedad.
Cristina de Pisan nació en Venecia. Hija de un médico y profesor de astrología y consejero de la República de Venecia, quien poco después de su nacimiento fue nombrado astrólogo, alquimista y médico del rey por la corte de Carlos V de Francia. Fue en el entorno del Louvre donde Cristina satisfizo sus intereses intelectuales. Aprendió varios idiomas, leyó a los clásicos y estudió a los humanistas de comienzos del Renacimiento, al tener acceso a los manuscritos del archivo real de Carlos V.
Sin embargo, Cristina no expresó su autoridad como escritora hasta que enviudó, a los veinticuatro años, de Etienne du Castel, secretario real de la corte, con quien se casó a los quince años. Cristina tuvo tres hijos. Con la muerte de su marido debido a una epidemia, se encontró al frente de su familia y perseguida por numerosos acreedores que la instigaban a pagar las incontables deudas contraídas por Castel. Para hacer frente a las dificultades económicas Cristina se dedicó a escribir.
En 1393 escribía baladas de amor que llamaban la atención de los ricos mecenas de la corte, intrigados por esta novedosa escritora, a quien le pedían escribiera baladas sobre sus conquistas amorosas. Su producción literaria fue prolífica entre 1393 y 1412, cuando escribió más de trecientas baladas e innumerables poemas cortos.
En 1401, la participación de Cristina de Pisan en una trifulca literaria con varios pensadores de la época le permitió salir del ámbito de la corte, para establecerse como una escritora preocupada por la posición de la mujer en la sociedad. Durante estos años, Pisan dio origen a una disputa por cuestionar el mérito literario del renombrado Jean de Meun, quien en su famoso Romance de la rosa satiriza las convenciones del amor cortés, al mismo tiempo que retrata a la mujer como una simple seductora.
De Pisan se opuso al uso de términos vulgares en el poema alegórico de Meun, que denigraban la función natural de la sexualidad femenina. El centro del debate pasó de la capacidad literaria de Meun al descrédito de la mujer en los textos literarios, que según Cristina afectaba el vínculo entre las mujeres. La disputa ayudó a establecer a de Pisa como una intelectual capaz de defender sus opiniones en un ámbito literario de dominio masculino.
En 1409, Pisan había escrito sus obras más renombradas: El libro de la ciudad de las damas, El tesoro de la ciudad de las damas, y El libro de las tres virtudes.
El primero muestra la importancia de las contribuciones de la mujer a la sociedad. De Pisan crea una ciudad simbólica en la que la mujer es apreciada y defendida. El segundo intenta mostrarle a la mujer cómo cultivar cualidades útiles para contrarrestar la misoginia creciente. También hace hincapié en el efecto persuasivo del discurso femenino y sus acciones diarias. También explica que la mujer debe reconocer y promover su capacidad para ejercer la paz.
Finalmente, después de años de silencio, en 1429, a los sesenta y cinco años, Cristina de Pisan terminó su último libro La historia de Juana de Arco, un panegírico a la famosa líder francesa. En 1418, se retiró a la abadía de Poissy, donde vivió junto a su hija hasta su muerte a los 66 años aproximadamente.
Con el uso de figuras retóricas, de Pisan expresa una perspectiva completamente femenina. Con ella crea un foro para hablar de temas de importancia para la mujer, donde únicamente voces femeninas dan sus opiniones y ejemplos. De Pisan sostiene que los estereotipos femeninos sólo se dan en casos en que no se le permite a la mujer entrar en la conversación masculina.
De Pisan buscó la colaboración de otras mujeres en la creación de su trabajo. Menciona especialmente a una ilustradora conocida como Anastasia, a quien describe como una de las más talentosas de su época.
Varios estudiosos de su retórica analizaron sus estrategias de persuasión y concluyeron que de Pisan creó una identidad retórica personal de gran utilidad para la mujer en general.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario