lunes, 28 de abril de 2014


Bárbara Jacobs




Nació en la Ciudad de México en 1947, en el seno de una familia de inmigrantes libaneses. Es licenciada en psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México. A partir de 1970 publicó cuentos y ensayos en revistas y suplementos literarios. Fue esposa del escritor Augusto Monterroso fallecido en 2003.
Entre sus cuentos se publicó: Doce cuentos en contra (1982) y Antología del cuento triste con Augusto Monterroso (1992). Cuenta también con ensayos: Escrito en el tiempo (1985) y Juego limpio (1997), que incluye también apostillas. Entre sus novelas destaca Las hojas muertas (1987) que ganó el Premio Xavier Villaurrutia1 y ha sido traducida al inglés, al italiano y al portugués; asimismo fue seleccionada para el Correo del libro mexicano de la Secretaría de Educación Pública, en edición de treinta mil ejemplares fuera de comercio, destinada a bibliotecas de las secundarias públicas del país.
Algunos de sus obras se han publicado en antologías colectivas en castellano, inglés, francés, italiano y alemán. Sus libros se han publicado en México, Estados Unidos de América, España, Portugal, Argentina e Italia.

Obras

Otras novelas publicadas son: Las hojas muertas (1987), Las siete fugas de Saab, alias "el Rizos" (1992), Vida con mi amigo (1994), Juego limpio (1997), Adiós humanidad (2000), Carol dice y otros textos (2000), Escrito en el tiempo (1985),Juego limpio (1999), Florencia y Ruiseñor (2006), Vidas en vilo (2007), Nin reír (2009), Lunas (2010).

jueves, 24 de abril de 2014

Un artículo de nuestra escritora del día de hoy Laura Freixas titulado “¿ESCRIBES PARA MUJERES?"

“¿ESCRIBES PARA MUJERES?”
Laura Freixas
www.laurafreixas.com

Si usted no ha oído nunca esta pregunta, es seguro que: a) no es usted escritora (aunque puede muy bien ser escritor); b) no lee, no oye ni escucha entrevistas a escritoras (aunque se interese por las entrevistas a escritores), o bien: c) vive en Marte. De lo contrario, habrá usted escuchado o leído (si le interesa la literatura), formulado (si es usted entrevistador) y en el peor de los casos (si es, ¡ay!, escritora) tenido que contestar cinco mil veces a la pregunta que da título a este artículo. Con ánimo, pues, de variar, ya que no la pregunta, al menos las respuestas, me permito ofrecer algunas sugerencias. (Y quién sabe, con un poco de suerte, hasta podría ser que en el siglo XXIII nos pregunten otra cosa.)

Respuesta breve: No.
Respuesta exhausta: Nooooo...

Respuesta bumerán: Cuando usted entrevista a un escritor varón, autor de una novela protagonizada principal o exclusivamente por varones, ¿le pregunta si escribe para hombres?

Respuesta paciente: El hecho de que yo sea mujer y de que la mayoría de mis personajes lo sean también no significa que yo escriba para mujeres, ni sobre mujeres. Sean mujeres, barceloneses o pelirrojos, mis personajes son ante todo seres humanos, y las cuestiones que planteo a través de ellos son cuestiones humanas, es decir, universales. Tan absurdo es pensar que las mujeres escriben para mujeres como dar por supuesto que los japoneses –pongo por caso– escriben sólo para japoneses.

Respuesta matizada: Algunos de los temas (no todos, ni mucho menos) que toco a través de mis personajes femeninos son, en efecto, temas de género, del mismo modo que –por poner un ejemplo– Yukio Mishima plantea en sus novelas algunas cuestiones específicamente japonesas. Pero lo que hace que una obra sea más o menos universal es su calidad, y no el hecho de que esté más o menos enraizada en unas circunstancias específicas.

Respuesta originalísima: No hay literatura de hombres ni literatura de mujeres, sólo hay buena o mala literatura.

Traducción de la anterior: Ya sé que lo que de verdad me estás preguntando, so merluzo, es si yo hago literatura para mujeres en vez de buena literatura; y lo que yo te estoy contestando, toma nota, es que, efectivamente, existe una buena literatura y otra mala, pero eso no tiene nada que ver con que sea de o para hombres o mujeres, a ver si os enteráis, ceporros, que sois unos ceporros.

Respuesta pedante: Como decía Barthes, escribir es un verbo intransitivo y por lo mismo que no admite complemento directo, tampoco lo admite indirecto.

Respuesta belicosa: Por supuesto, y advierto desde aquí a cualquier hombre al que pudiera ocurrírsele la estrafalaria idea de leerme, como no sea con dispensa del Primado de las Españas ratificada por el Santo Oficio, que a la altura de la página 10 se va a probar distraídamente los pendientes de clip de su señora, hacia la 50, y sólo por hacer algo, se va a pintar de fucsia las uñas de los pies, y antes de llegar a la 100, víctima de un impulso irresistible, va a dejar el libro a un lado para llamar a sus amigas y quedar esa misma tarde en una cafetería a comer tortitas con nata y cotillear sobre Eva Sannum.

Mi respuesta: Cerrar los ojos, respirar hondo y contar hasta cien.


LAURA FREIXAS (Barcelona, 1958)

Estudió en el Liceo Francés de su ciudad. Se licenció en Derecho en 1980, pero se ha dedicado siempre a la escritura. Se dio a conocer en 1988 con una colección de relatos, El asesino en la muñeca. En 1997 se publicaría su primera novela, Último domingo en Londres, a la que seguirían (1998), Entre amigasAmor o lo que sea (2005) y (2011). Ha publicado también otro libro de relatos (Los otros son más felicesCuentos a los cuarenta, 2001) y una autobiografía:Adolescencia en Barcelona hacia 1970 (2007).

Su último libro publicado es Una vida subterránea. Diario 1991-1994 (2013).
Paralelamente a su obra narrativa, Laura Freixas ha desarrollado una intensa labor como estudiosa y promotora de la literatura escrita por mujeres. En 1996 coordinó y prologó una antología de relatos de autoras españolas contemporáneas, Madres e hijas (que alcanzó 9 ediciones en el primer año), y en 2000 publicó el influyente ensayo Literatura y mujeres. En 2009 vio la luz otra antología de parecidas características, Cuentos de amigas, así como la obra La novela femenil y sus lectrices (Premio Leonor de Guzmán).

Ha sido editora, crítica literaria y traductora. Fundó y dirigió de 1987 a 1994 la colección literariaEl espejo de tinta, de la editorial Grijalbo, donde publicó por primera vez en España a Amos Oz y Elfriede Jelinek, entre otros autores. Ha ejercido la crítica literaria en El País y traducido los diarios de Virginia Woolf y de André Gide, así como las cartas de Madame de Sévigné y la novela de Elisabeth Smart By Grand Central Station I Sat Down and Wept. Dirigió el número monográfico de Revista de Occidente consagrado al diario íntimo en España (julio-agosto 1996). Colabora regularmente en distintos medios: Babelia (suplemento cultural deEl País), Revista de libros, Letras libres, Mercurio… y es columnista del periódico La Vanguardia.

Ha publicado libros de divulgación como Taller de narrativa (1999) y una biografía de la escritora brasileña Clarice Lispector bajo el título Ladrona de rosas (2010).
Imparte talleres literarios en diversas instituciones y ha sido profesora, conferenciante o escritora invitada en numerosas Universidades españolas y extranjeras (Estocolmo, Budapest, Londres, Edimburgo…), especialmente de Estados Unidos (Cornell, Virginia, Rutgers, City University de Nueva York, entre otras). Ha dado cursos trimestrales (“Cómo se escribe un cuento”, “La autobiografía española bajo el franquismo”…) en las Universidades estadounidenses de Virginia (2006) Dartmouth College (2010) e Illinois en Urbana-Champaign (2012).

Ha formado parte del jurado del Premio Nacional de Narrativa y del Premio Nacional de las Letras. Pertenece al Parlamento Cultural Europeo y preside la asociación Clásicas y Modernas para la igualdad de género en la cultura (www.clasicasymodernas.org).
Tras haber residido en Francia, como estudiante, y en el Reino Unido, como lectora de español en las Universidades de Bradford y Southampton, vive en Madrid desde 1991.


miércoles, 23 de abril de 2014

Alice Munro, Premio Nobel de Literatura 2013. 

Alice Munro es una autora canadiense nacida el 10 de julio del año 1931 en Wingham, localidad en donde su padre poseía una granja de zorros plateados. 

Después de terminar su instrucción primaria, Alice acudió becada durante un tiempo a la Universidad de Western Ontario. En esta época universitaria publicó su primer relato, “The Dimension of a Shadow”, un texto aparecido en la revista estudiantil “Folio” en donde Alice volvió a publicar nuevas historias cortas.Terminada la beca y sin recursos para financiar su estancia universitaria, Alice abandonó sus estudios y se casó con James Munro, con quien creó la librería “Munro’s Books”. 

Sus relatos continuaron apareciendo en diversas publicaciones hasta la edición de su primer libro, “Dance of the Happy Shades” (1968), una colección de historias cortas que obtuvieron cierta resonancia internacional al recibir en su país el premio Governor General. 

Con influencias de Anton Chejov, las hermanas Brönte o William Faulkner, la escritora canadiense, especialista en relatos cortos, llamó la atención por su precisión narrativa y la observación de emociones complejas, en especial femeninas, a través de una exposición sencilla de la vida diaria con ambientación primordial en Ontario. 

Tres años después de su primer libro publicó “Lives of Girls and Women” (1971), su única novela. Más tarde vieron la luz “Something I’ve Been Meaning to Tell You” (1974), “Who Do YouThink You Are?” (1978), “Las lunas de Júpiter” (1982), “El progreso del amor” (1986), “Friend of My Youth” (1990), “Open Secrets” (1994), “The Love of a Good Woman” (1998), “Hateship, Friendship, Courtship, Loveship, Marriage” (2001), “No Love Lost” (2003), “Escapada” (2004) y “The View from Castle Rock” (2006). 

Sus últimos títulos aparecidos en español son "El Amor De Una Mujer Generosa", "La Vida Desde Castle Rock", "Secretos A Voces" y "Mi Vida 
Querida". 
Fue galardonada con el premio Nobel en el año 2013. 




lunes, 21 de abril de 2014

Recomendación ...

La Bomba de San José


Hubo una vez una ciudad ingeniosa y a la vez ingenua. Una ciudad donde los poetas trabajaban en las flamantes agencias de publicidad y donde se hacía teatro y cine experimental y los pintores ya no querían pintar murales y las mujeres ya no querían ser obedientes, sino, entre otras cosas, disfrutar de la libertad del mambo y la danza moderna y oír jazz por las noches. Era una ciudad a la que también le gustaba ir a los cabarets del Centro y que se inventó una Zona Rosa para poner los nuevos cafés. Son los años sesenta en la Ciudad de México, la época de la Ruptura, de las reseñas de cine y de la Casa del Lago, y los ímpetus creativos son tales que incluso un pariente del Señor Presidente aspira a crear una obra maestra del Séptimo Arte, aunque no sin la ayuda de El Yaqui, venerado director de perlas del cine nacionalista nacional. En su entusiasmo por desplegar su moderna sensibilidad y tal vez deslumbrar a Cannes, el pariente no para mientes en los métodos, por lo que –remontado en el Ajusco- reúne, amenaza y hasta secuestra a sus colaboradores. Con toda razón, considera que ser quien es no debe obstar para dejar huella en el palmarés del cine universal. Ni que decir tiene que el lector se ve obligado a tomar aire con cierta frecuencia, entre una y otra tanda de carcajadas, y que la esposa buena y fiel es debidamente recompensada por sus nuevas y muy modernas amistades, mientras que el esposo secuestrado y la estrellita que lo vuelve loco reciben su justo castigo. La bomba de San José de Ana García Bergua es una novela con gran sentido del humor, evocadora de una época en que los refugiados españoles todavía creían que iba a caer Franco y la gente también iba a alfabetizar guajiros en Cuba y aprendía a hacer yoga y a andar en minifalda. 

Fuente: http://www.literatura.unam.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=415:la-bomba-de-san-jose&catid=82:2012.



Otra recomendación, mirada analítica de los personajes de la obra por Adriana Sáenz Revista de Estudios de Género. La Ventana, Vol. IV, num. 37, 2013 http://www.redalyc.org/pdf/884/88428978015.pdf


Ana García Bergua. 

Poseedora de una voz narrativa de matices obscuro, irónico...

Nació en la Ciudad de México en 1960, en el seno de una familia con experiencia en la literatura. 

Estudió Letras Francesas y Teatro en la Universidad Nacional Autónoma  de México (UNAM), Desde 1987 ha publicado cuentos y crónicas literarias.En 1992, recibe una beca para jóvenes creadores de Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y desde 2001 ha sido parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

Los personajes de Ana, constantemente intentan auto-afirmarse y encontrar una personalidad que le sea propia, escribe sobre los conflictos en las vidas de las mujeres y en sus textos hay una preocupación por las minucias de la vida cotidiana,  el habla común de sus personajes y los sucesos extraños que cambian sus vidas para siempre. 

En 1994, con su obra el  "El Umbral"  obtuvo la mención honorífica en el certamen internacional de Primera Novela celebrado en Chile,  recibe el Premio Literatura Sor Juan Inés de la Cruz 2013 en la Feria del Libro de Guadalajara, por su novela "La Bomba de San José".

Su narrativa nos obliga a quitarnos las máscaras para entrar en el imaginario de sus textos y a que tras la ironía de sus obras se encuentra una profunda reflexión en torno a nuestros valores culturales.

Es escritora activa para el periódico La Jornada con su columna llamada "Paso a Retirarme". 

Parte de su Obra: 

  • Novelas:
    • 1993. El Umbral 
    • 1997. Postales desde el puerto: instantáneas de Veracruz
    • 1999. Púrpura.
    • 2004.  Rosas Negras
    • 2007. Isla de Bobos
  • Cuentos:
    • 1996. El Imaginador 
    • 2000. Relatos a la carta
    • 2002. La confianza de los extraños
    • 2004. Otra oportunidad para el señor Balmand. 
    • 2009. Edificio. Libro de relatos
    • 2013. El limbo bajo la lluvia  
  • Otras: 
    • 2010. Escribir con zapatos. Homenaje a Margo Glantz en sus 80 años.  
    • 2013. Salón de horripilancias. Libro infantil

miércoles, 16 de abril de 2014

Dorothy Parker (1893-1967) pertenece a la rama casera de la “generación perdida” norteamericana,llegó la fama entre la frivolidad, el ingenio agudo y el miedo que provocaban sus críticas y su modo, a la par elegante y sin melindres de falso convencionalismo.

 DOROTHY PARKER


Hace exactamente diez años Dorothy Parker fue descubierta en España, y conoció una relativa popularidad (la de la selecta minoría) de manos de la desaparecida editorial Versal que publicó dos recopilaciones de sus relatos (La soledad de las parejas y Una dama neoyorkina) y una inicial biografía de la escritora: Dorothy Parker. La importancia de vivir de John Keats. Ahora se publica otra biografía, más puntillosa y rica, y si vuelve a cuajar el redescubrimiento de una autora tan singular y tan “moderna”, alguna editorial deberá volver a pensar en editar más libros suyos -versos, por ejemplo, nunca publicados entre nosotros- pues ¿qué es la biografía de un escritor si no tenemos a mano sus libros? La novela de una vida, sí. Pero una novela incompleta. John Keats publicó su biografía de la señora Parker en 1970 (es decir, solo tres años después de muerta la protagonista); la de Marion Meade, que ahora se traduce, apareció originalmente en 1987, lo que obviamente quiere decir que su autora disponía de más distancia, más perspectiva y más datos.

Dorothy Parker (1893-1967) pertenece a la rama casera de la “generación perdida” norteamericana, esto es, a los escritores que no se fueron al París vivaz que añorara Hemingway. De hecho cuando Parker, en 1926, pasó unos meses en Europa, detestó España, porque en Barcelona la llevaron nada más llegar a una corrida de toros, y ella quería a los animales más que a las personas; y detestó París porque todo era gris -dijo- y no dejaba de llover. De hecho, y aunque vivió un tiempo en Hollywood, como tantos narradores de entonces, contratada a cuerpo de rey para escribir guiones, Dorothy Parker fue la neoyorquina por antonomasia, la primera mujer -con las tempranas crónicas de Djuna Barnes, que luego sí se fue a París- en contar, con ironía y refinamiento, la vida de esa ciudad que -en la década de 1920 y sin parecerlo- se iba convirtiendo en la capital del mundo. Dorothy Parker es Nueva York indisociablemente. Y aunque con otro tipo de fama (pues ejerció el periodismo mucho más que ellos) merece un puesto junto a Scott Fitzgerald, Dos Passos o Faulkner -no hablo de estilo- por citar a algunos de los escritores de esa generación que, esencialmente, se quedaron en América.

A Dorothy Parker le llegó la fama entre la frivolidad, el ingenio agudo y el miedo que provocaban sus críticas y su modo, a la par elegante y sin melindres de falso convencionalismo. Parker formó parte -en los años 20- de la famosa Mesa Redonda (que era real, no una alusión) de críticos y periodistas que se reunían, de noche, en el Hotel Algonquin de Nueva York. Entre esos periodistas estaba Robert Charles Benchley, que durante muchos años fue su mejor amigo. La vida literaria y la vida bohemia se mezclaban y durante la Ley Seca -y después- la señora Parker no dejó de visitar con su pandilla garitos y tabernas clandestinas o legales, donde divertirse o emborracharse. Aunque Dorothy Parker solo superficialmente era una mujer alegre, ya que estaba llena de traumas privados que, al parecer, nunca logró superar, sino disimular tan solo. Dorothy Parker se llamaba Dorothy Rothschild, y era hija de un judío de origen alemán y de una madre cristiana, de origen inglés. Pero los Rothschild de su apellido no eran la rama rica y célebre de la familia, sino otra de clase media baja en ascenso, gente trabajadora y sin ninguna inquietud estética o cultural. La muchachita Dorothy odió el ámbito mesocrático de su familia y se distanció cuanto pudo de ella, adoptando el apellido -muy inglés- del hombre con el que llegaría a casarse dos veces, tras enfados, separaciones, reconciliaciones y múltiples amoríos. Pues Dorothy Parker -como adelanté- fue la “gran moderna”. Fumadora, bebedora, independiente, feminista, izquierdista (un claro anticipo del radical chic) y a la par culta y refinada. Otro dato muy original -y moderno- de la señora Parker: Casi siempre vivió en un hotel. Quería vivir libre de ataduras, pero eso sí, con los sombreros más a la moda y un buen servicio de habitaciones, para poder pedir whisky de madrugada.

El izquierdismo trajo a España, otra vez, a Dorothy durante nuestra guerra civil, para apoyar brevemente la causa republicana. Y escribió un hermoso cuento sobre unos milicianos en Valencia. Pero le trajo disgustos -y hasta cierto agotamiento intelectual debido al miedo- durante la terrible represión del siniestro McCarthy que persiguió a muchos de sus mejores amigos, y a ella (finalmente no le ocurrió nada) nunca dejó de tenerla en la mira de su metafórico fusil repetidor. Gran periodista -escribió para las revistas más famosas del momento- excelente narradora de las contradicciones de lo cotidiano, ocasionalmente dramaturga, y autora de libros de poemas -generalmente rimados- mordaces, tiernos y llenos de una desesperada vitalidad, a Dorothy Parker (triunfadora y perdedora) le convienen los subtítulos de las dos biografías que sobre ella he leído: La importancia de vivir (pese al daño, pese al miedo, pese al íntimo desastre que los años enconan) y el que utiliza Marion Meade: ¿Qué nuevo infierno será éste? Porque la muy sugestiva vida de la señora Parker está llena de vitalismo y de una íntima y oscura tragedia, de un inmenso deseo de autodestrucción. Pasado inevitablemente su esplendor -aunque siempre vivió de sus artículos, cada vez menos frecuentes- Dorothy Parker, un mito de los “felices 20”, murió en su habitación del Hotel Volney de Nueva York, en la tarde del 7 de junio de 1967. Volney -curiosamente- es el título del conde que escribió un célebre y revolucionario libro: Las ruinas de Palmira. Lillian Hellman, la escritora novia de Hammett, gran amiga de Dorothy desde los años 30, y que habla de ella mucho en sus memorias, se hizo cargo de los funerales. Había muerto una vieja gloria y una extraña mujer tierna, durísima y desesperada.

http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/2627/Dorothy_Parker

martes, 15 de abril de 2014



Louisa May Alcott





Louisa May Alcott (Germantown, Pensilvania, 29 de noviembre de 1832 -Boston, 6 de marzo de 1888) fue una escritora estadounidense, reconocida por su famosa novela Mujercitas (1868).
Fue la hija del trascendentalista Amos Bronson Alcott y Abigail May. Creció y vivió en Nueva Inglaterra. A temprana edad comenzó a trabajar esporádicamente como maestra, costurera, institutriz y escritora; su primerlibro fue Flower Fables (1855), cuentos originalmente escritos para Ellen Emerson, hija de Ralph Waldo Emerson.
Su educación en los primeros años incluyó lecciones del naturalista Henry David Thoreau, pero principalmente estuvo en manos de su padre. Durante su adolescencia y principios de la edad adulta, Alcott compartió la pobreza y los ideales trascendentalistas de su familia. Posteriormente esta fase de su vida fue descrita en el relato «Transcendental Wild Oats», reimpreso en el volumen Silver Pitchers (1876), que narra las experiencias de su familia durante un experimento utopiano de «pleno vivir y elevado pensar» en «Fruitlands», en la ciudad de Harvard, Massachusetts en 1843.
En 1860 comenzó a escribir para la revista Atlantic Monthly, y fue enfermera en el Hospital de la Unión de Georgetown, Washington D. C., durante seis semanas entre 1862 y 1863. Sus cartas a casa, revisadas y publicadas en el Commonwealth, y recopiladas como Hospital Sketches(Escenas de la vida de un hospital) (1863, republicada con adiciones en 1869), demostraron un agudo poder de observación y crónica, además de una sana dosis de humor retrospectivo, ganándose su primer reconocimiento crítico. Su novela Moods (Estados de ánimo) (1864) también fue considerada prometedora.
Una parte menos conocida de su obra son las apasionadas y fogosas novelas y cuentos que escribió, usualmente bajo el seudónimo A. M. Barnard. Trabajos tales como A Long Fatal Love Chase y Pauline's Passion and Punishment son el tipo de novelas al que se refiere en Mujercitas como «peligrosas para pequeñas mentes» y fueron conocidas en la era Victoriana como «relatos melodramáticos» o «potboilers». Sus protagonistas son obstinados e implacables en la búsqueda de sus objetivos, que a menudo involucran venganza en aquellos que los han humillado o frustrado. Estos trabajos de excelente escritura con un punto de vista poco común alcanzaron inmediatamente el éxito comercial y aún son de frecuente lectura.
También produjo saludables y morales historias para niños, y con las excepciones del cuento semiautobiográfico Work(Trabajo) (1873) y la novela corta anónima A Modern Mephistopheles (Un Mefistófeles moderno) (1877), el cual produjo la sospecha de haber sido escrito por Julian Hawthorne. No retornó nunca a crear trabajos para adultos.
Su abrumador éxito data de la aparición de la primera parte de Little Women: or Meg, Jo, Beth and Amy (Mujercitas) (1868), relato semiautobiográfico de su niñez junto a sus hermanas en Concord, Massachusetts, lleno de un humor perenne, frescura, realismo, pero sobre todo de un bello romanticismo ligado a la naturaleza y a los valores tradicionales y del hogar.La segunda parte "Good Wives" ("Aquellas Mujercitas"), publicado en 1869, llevaría a sus protagonistas a la vida adulta y sus respectivos matrimonios. Más adelante, aparece Little Men (Hombrecitos) (1871) que trata de manera similar el carácter y la forma de ser de sus sobrinos que vivían en Orchard House en Concord, Massachusetts. Jo's Boys (Los muchachos de Jo) (1886) completó la «saga de la familia March». La mayoría de sus volúmenes posteriores, An Old-Fashioned Girl (Una chica a la antigua) (1870), Aunt Jo's Scrap Bag (La bolsa de retazos de la tía Jo) (6 vols., 1871-1879),Rose in Bloom (Rosa floreciendo) (1876), y otros, siguieron la línea de Mujercitas, de la cual el numeroso y leal público de la autora nunca se cansó, si bien sus obras posteriores tienen un carácter más moralizante.
Su labor natural de amor, su amplia generosidad, su veloz percepción y su cariño para compartir con sus lectores el alegre humor que radiaba de su personalidad y sus libros la llevó a continuar con sus historias a pesar de que su salud empeoraba. Al final sucumbió a las secuelas del envenenamiento por mercurio contraído durante su servicio en la Guerra Civil. Murió en Boston el 6 de marzo de 1888, el mismo día que su padre era enterrado. Es recordada por la intención moralizante de sus obras, la paz y el sereno humor que emana de ellas, su vivacidad y su romanticismo.
Mujercitas
Su obra más conocida, Mujercitas, ha sido llevada al cine en varias películas: una de ellas data del año 1949 dirigida porMervin LeRoy y protagonizada por June Allyson, Margaret O'Brien, Janet Leigh y Elizabeth Taylor.
Obras 
·         The Inheritance (1849, primera edición 1997)
·         Flower Fables (1849)
·         Hospital Sketches (1863)
·         The Rose Family: A Fairy Tale (1864)
·         Moods (1865, revised 1882)
·         Morning-Glories and Other Stories (1867)
·         The Mysterious Key and What It Opened (1867)
·         Little Women or Meg, Jo, Beth and Amy (1868)
·         Three Proverb Stories (incluye Kitty's Class Day, Aunt Kipp y Psyche's Art) (1868)
·         A Strange Island, (1868)
·         Part Second de Little Women, también conocida como Good Wives (1869)
·         Perilous Play, (1869)
·         An Old Fashioned Girl (1870)
·         Will's Wonder Book (1870)
·         Little Men: Life at Plumfield with Jo's Boys (1871)
·         Aunt Jo's Scrap-Bag (1872–1882)
·         Transcendental Wild Oats (1873)
·         Work: A Story of Experience (1873)
·         Eight Cousins or The Aunt-Hill (1875)
·         Beginning Again, Being a Continuation of Work (1875)
·         Silver Pitchers, and Independence: A Centennial Love Story (1876)
·         Rose in Bloom: A Sequel to Eight Cousins (1876)
·         A Modern Mephistopheles (1877, publicada en forma póstuma)
·         Under the Lilacs (1878)
·         Jack and Jill: A Village Story (1880)
·         The Candy Country (1885)
·         Jo's Boys and How They Turned Out: A Sequel to Little Men (1886)
·         Lulu's Library (1886–1889)
·         A Garland for Girls (1888)
·         Comic Tragedies (1893, publicada en forma póstuma)
Como A. M. Barnard
·         Behind a Mask, or a Woman's Power (1866)
·         The Abbot's Ghost, or Maurice Treherne's Temptation (1867)

·         A Long Fatal Love Chase (1866 – primera edición 1995)