sábado, 7 de junio de 2014

Un regalo hecho poesia

La piedra niña

A Omar Ortiz


Minerales
de tierna
consistencia
maduran
en su centro
mientras aguarda
el tiempo de bruñirse
reflejar la luz


Por ahora
hace cientos
de años
ya
las campanadas
de la catedral
alborotan
cada mañana
el letargo
de sus ojos


Con el vocerío
de los andantes
forja carácter
el bullicio
la exalta


En plazas
jardines
y cafés
el cansancio
vespertino
le serena
el tono rosado
de la piel


Si golpea
el viento
una humedad
lastimosa
la recubre


Entonces
cierra puertas
entorna párpados
se yergue
guardiana
de la noche


También
hace plegarias


Hoy presencia
nuestro estar
callado
en la mesa
del portal


Tú y yo
detenidos
en esta felicidad
de ser
dos solos
sin espera
cuando vemos
la tarde caer
sobre los árboles
la calle
la ciudad
sobre ella
en oración
joven sacerdotisa
en el altar del mundo.

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