domingo, 27 de julio de 2014

ELFRIEDE JELINEK

De padre judío y checo (el apellido Jelinek, significa 'cervatillo' en checo) y madre vienesa de clase acomodada, perteneció al Partido Comunista Austríaco de 1974 a 1991, y gran parte de su trabajo se puede inscribir en la sofisticada tradición lingüista de la crítica social. Desde muy temprana edad aprendió música y estudió composición en el Conservatorio de Música de Viena. Tras diplomarse en 1964, realizó cursos de teatro e historia del arte, mientras continuaba con sus estudios musicales. Aclamada y controvertida, las obras de Jelinek se mueven entre la prosa y la poesía, e incluyen descripciones que van desde escenas teatrales a secuencias fílmicas. Décima mujer galardonada con el premio Nobel, y segunda de nacionalidad austriaca, en 2004 obtuvo el de Literatura por «el flujo musical de voces y contravoces en sus novelas y obras de teatro».
Se hizo popular por su novela Las amantes (1975), que conquistó al público de lengua alemana. Otras obras suyas sobresalientes son las novelas Somos reclamos, baby (1970), Los excluidos (1980), La pianista (1983), que plasmó en el cine el director Michael Haneke en 2001, Deseo (1989) y Una novela de entretenimiento (2000); el libro de poemas Las sombras de Lisa (1967), las obras teatrales Lo que ocurrió después de que Nora abandonara a su marido o pilares de las sociedades (1979), Nubes. Hogar (1988), Una pieza deportiva (1998), La Central (2003) y el ensayo Los hijos de los muertos (1995). Como sus compatriotas Elías Canetti y Thomas Bernhard ha repudiado a su país, al que reprocha seguir anclado en su pasado nazi. Considerada como una de las autoras contemporáneas de habla alemana más importantes, crea en sus novelas la imposibilidad de las mujeres de lograr una vida completa en un mundo donde son pintadas con imágenes estereotipadas. Ha traducido al alemán a autores estadounidenses, Thomas Pynchon entre ellos, y actualmente reside entre Viena y Múnich.





Odio y admiración se reparten a partes iguales entres sus críticos y lectores. Sus obras han sido desde un comienzo un auténtico mazazo para la sociedad austriaca que, según Jelinek está dominada por la hipocresía de la clase pequeño burguesa y no ha conseguido superar todavía su pasado nazi. Sus novelas y obras teatrales, consideradas una auténtica provocación por la derecha de su país, han sido calificadas como anti-arte o como pornografía roja. Basta recordar que durante la campaña electoral de 1995 el ultraderechista Jörg Haider hacía a su posible electorado la siguiente pregunta: “¿A usted le gusta Jelinek, o el arte y la cultura?”.
La crítica la ha calificado de feminista radical y ella se declara a gusto con esta etiqueta afirmando que tan sólo reivindica la potestad de poner de relieve los mecanismos de dominación masculina a los que todavía, ella insiste, está sometida la mujer. El tres de mayo de 2004 en la Academia Lessing, Jelinek decía: “Nadie logrará hacerme renunciar a mis bromas estúpidas, a mi tono desengañado, ni siquiera por la fuerza; bueno, quizá por la fuerza. Cuando yo quiero decir algo, lo digo como quiero. Al menos quiero darme ese gusto, aunque no consiga nada más, aunque no logre ningún eco”. El eco lo ha logrado, prueba de ello es el Nobel que recibió en 2004 y que no recogió aludiendo “fobia social“. Pero no hay que equivocarse, Elfriede Jelinek no es una escritora panfletaria, no la veremos detrás de una pancarta ni vociferando en manifestaciones. Su instrumento de reivindicación es la escritura. Una escritura en la que su feminismo no aparece puesto en bandeja a los lectores bajo una óptica amable. Da la vuelta los tópicos feministas más sobados y lo hace, eso sí, sin perder de vista la diferencia y desigualdad.
A dos días de serle concedido el Premio Nobel de Literatura de ese año, la Academia Sueca se vio envuelta en una polémica a raíz de la abrupta renuncia de uno de sus miembros, el prestigioso literato sueco Knut Ahnlund, en protesta por la distinción:
”El premio Nobel del año pasado no sólo ha causado un daño irreparable a todas las fuerzas progresistas, sino que ha confundido la visión general de la literatura como arte", afirmó en aquel momento, y describió la obra como “una masa de texto sin el menor rastro de estructura artística" y se preguntó si los académicos habían leído alguno de sus 23 libros.
La escritora ha reconocido en no pocas ocasiones el maestrazgo del escritor que mejor captó el horror y el poder aniquilador de la sociedad vienesa de casi todo un siglo, el veinte. Cronista de un sarcasmo profundo y con una visión nada optimista de la vida, Thomas Bernhard supo poner por escrito las estupideces de su ciudad adoptiva, Viena, en el difícil y contradictorio binomio de lo que para él representaba: origen pero también su enfermedad. La escritura repetitiva y rítmica del escritor, expresión de la muerte, ejerce una influencia decisiva en la de Jelinek. Un conocimiento amplio del lenguaje y de sus posibilidades hacen retorcer a la escritora el lenguaje que se transforma en una metáfora continua al servicio de la crítica y la doblez moral de sus protagonistas. Esa densidad metafórica, a veces poco inteligible, se traduce en dobles sentidos que aúnan en la riqueza lingüística de sus obras.
Como en Elias Canetti su postura está al lado de los oprimidos (esos pobres que aparecen obsesivamente por sus novelas). Entre ellos está la Mujer. Jelinek intenta hacer frente al caos de una sociedad patriarcal dominada por el sexo, que como elemento vertebrador, parece ser tan sólo productor de podredumbre. Y para ponerla de relieve nada mejor que llevar la situación hasta extremos casi insoportables donde los personajes parecen perder su naturaleza de humanos para ser bestias. Quizás, piense Jelinek, tan sólo haciendo rebotar hacia lo más profundo del suelo a sus criaturas, se podrá conseguir el impulso que propicie el cambio.

jueves, 24 de julio de 2014

Ana Lydia Vega



El cielo está encancaranublado.
¿Quién lo encancaranublaría?
El que lo encancaranubló
buen encancaranublador sería.

La espontánea frescura de su estilo radica en la presencia, dentro de sus relatos, de numerosas locuciones coloquiales, expresiones vulgares y voces de la jerga lumpen, así como de otros elementos léxicos y temáticos que introducen grandes dosis de humor, ironía y sarcasmo. Su obra no está lejos, por ende, de la llamada literatura popular, pero sin que ello implique la caída en fáciles concesiones a la cultura ágrafa; muy al contrario, Ana Lydia Vega incluye en sus relatos constantes referencias a postulados feministas y reivindicaciones sociales de alto calado intelectual, casi siempre disfrazados detrás de ese estilo paródico y soez al que recurre para reflejar la realidad desde una perspectiva crítica.

Perteneciente a la denominada "Generación del sesenta", está considerada como una de las mejores autoras antillanas de narraciones breves, junto con sus compatriotas y coetáneas Rosario Ferré y Carmen Lugo Filippi.



La escritora puertorriqueña, Ana Lydia Vega, vio la luz por vez primera en Santurce, el 6 de diciembre de 1946. Una innata vocación literaria que la impulsó a escribir relatos desde su temprana juventud, cuando contaba alrededor de veinte años se dio a conocer como cuentista, y muy pronto pasó a ocupar un lugar relevante dentro de la narrativa puertorriqueña escrita por mujeres, en la que destacó sobre todo por su estilo valiente y agresivo, cargada de expresiones lingüísticas que no rehúyen el escándalo ni la irreverencia.

En la Universidad de Puerto Rico elige su futura profesión, la de profesora de lenguas extranjeras. La vocación de maestra la hereda de su madre, quien enseñó durante toda su vida en escuela pública. Con conocimientos previos de francés, idioma que aprendió desde niña cuando compartía sus años de infancia con su vecina y amiga más querida que era francesa, se marcha a Francia para cursar estudios de maestría y doctorado al obtener una beca para estos fines. Termina su maestría en literatura francesa en la Universidad de Provence en Francia en el 1971 y posteriormente completa el doctorado en literatura comparada en la misma universidad en el 1978. Durante su estadía en Francia conoce al que es hoy su compañero Robert y de esa unión nace su hija Lolita. Robert es profesor y poeta. Su hija Lolita es bailarina de ballet y estudia lenguas extranjeras.
A su regreso a Puerto Rico trabaja como profesora en la Universidad de Puerto Rico, donde conoció a Carmen Lugo Filippi y Ruth Hernández Torres. Con ellas y con Robert publicó un manual para la enseñanza del francés titulado Le francais vécu (El francés vivido). Luego en  1981 escribe en colaboración con su compañera de aventuras literarias, Carmen Lugo Filippi, el libro de cuentos Vírgenes y mártires, donde se explora el espacio feminista en el texto colonial y machista puertorriqueño. Fue tanta la aceptación de este libro que la motivó a escribir un segundo y tercer libro. El segundo titulado Encancaranublado y otros cuentos de naufragio, publicado en el 1982, fue premiado en el certamen de 1982 de Casa de las Américas, en Cuba. En esta obra la alegoría, la escritura ensayística, el discurso espiritista, el monólogo, la leyenda y las batallas carnavalescas invaden el espacio restricto de los cuentos que nos lleva a una reflexión sobre los conflictos del mundo caribeño y su soñada unidad. Su tercer libro: Pasión de historias y otras historias de pasión, publicado en el 1987, recibe el premio Juan Rulfo Internacional de París en el 1984, y en el 1988 escribe los ensayos que fueron publicados en la columna “Relevo” del periódico Claridad, que aparecen en la colección de ensayos de siete escritores del país: El tramo ancla.



Fuentes: 

https://teecuento.wordpress.com/2009/09/20/ana-lydia-vega/#more-477

lunes, 21 de julio de 2014

Vitale, Ida







BIOGRAFÍA

Ida Vitale nació en Montevideo el 2 de noviembre de 1923. Estudió Humanidades y tuvo como maestro a José Bergamín. Juan Ramón Jiménez la incluyó en una presentación de jóvenes poetas en Buenos Aires. Ejerció como profesora de literatura hasta 1973. Fue colaboradora del semanario Marcha; entre 1962 y 1964 dirigió la página literaria del diario Época. Fue codirectora de la revista Clinamen, integró la dirección de la revista Maldoror. Tuvo que exiliarse en 1974 a causa de la sangrienta dictadura en Uruguay, allí entró en contacto con Octavio Paz y fue parte del comité asesor de la revista Vuelta, además de participar en la fundación del semanario Uno más Uno. Considerada integrante de la Generación del 45 con otros escritores como Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Carlos Maggi o Idea Vilariño. Desde 1989 vive en Austin, Texas junto con su marido, el también poeta Enrique Fierro. Recientemente ha sido nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad del Uruguay.



BIBLIOGRAFÍA

Poesía
La luz de esta memoria (1949)
Palabra dada (1953)
Cada uno en su noche (1960)
Oidor andante (1972)
Fieles (antología) (1977)
Jardín de sílice (1978)
Elegías en otoño (1982)
Fieles (1982)
Entresaca (1984)
Sueños de la constancia (1988)
Procura lo imposible (1988)
Serie del sinsonte (1992)
Paz por dos (1994)
Donde vuela el camaleón (1996)
Reducción del infinito (2002)
Plantas y animales (2003)

Crítica y Ensayo
Juana de Ibarbourou (1968)
José Santos González Vera o El humor serenísimo (1974)
Enrique Casaravilla Lemos, México (1984)



PREMIOS
IX Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo 2009



ENLACES

http://www.poesia-irc.com/phpnuke/modules.php?name=Video_Stream

http://www.youtube.com/watch?v=ZAIQJrSTxDs

http://www.letraslibres.com/index.php?sec=22&autor=Ida%20Vitale

http://letras-uruguay.espaciolatino.com/vitale/irremplazable.htm

http://www.letralia.com/134/entrevistas01.htm

http://www.fractal.com.mx/F12vital.html

http://www.casamerica.es/casa-de-america-virtual/literatura/multimedia/ida-vitale-en-casa-de-america

http://www.universidad.edu.uy/prensa/renderItem/itemId/25884/refererPageId/12

http://www.poeticas.com.ar/Directorio/Poetas_miembros/Ida_Vitale.html

domingo, 20 de julio de 2014

FLORA TRISTÁN

"Una tarde de septiembre de 1838, tras permanecer días y días al acecho, un hombrecillo llamado André Chazal disparó en París contra su esposa. La mujer se desplomó en la acera gravemente herida: Flora Tristán era por fin libre".


Flora Tristán nació en París el 7 de abril en 1803, en plena época napoleónica. Fue hija del coronel Marino Tristán y Moscoso, coronel peruano de la armada española y de la francesa Anne Laisney.

Durante los primeros años de su vida, Flora no se vio privada de nada y crecíó en un hogar siempre concurrido por visitas del nivel de Simón Bolívar y su maestro Sim6n Rodríguez.

La muerte de su padre cuando Flora sólo tenía 4 años sume a la familia en la pobreza. El estado francés revolucionario no reconoce a la viuda ni a los hijos negándoles cualquier bien o derecho.

Por este motivo, Flora comienza a trabajar como obrera en un taller de lítografia. Con apenas 17 años, se casa con el propietario de ésta, André Chazal, y tiene tres hijos, uno de ellos, Aline, será la futura madre del pintor Paul Gaugin.

Decepcionada del matrimonio comienza a trabajar como criada de una familia inglesa, por lo que debe viajar a Inglaterra. Se inicia entonces una lucha legal por la custodia de los hijos que duraría 12 años.

Sus amargas vivencias despiertan en ella un pensamiento y una actitud revolucionaria que la convierte en la precursora del movimiento feminista. Viaja por varios países donde realiza trabajos de toda clase, es en este momento cuando toma conciencia de su condición de "paria".

En 1833 decide viajar a Perú para reclamar la herencia que le corresponde de su padre, pero solamente consigue una pensión mensual. La etapa que pasa en Perú donde asiste a la guerra civil y ve la gran diferencia entre las distintas clases sociales será significante para el futuro de Flora: se convierte en defensora declarada de los derechos y libertades de la clase obrera y de la mujer.

Las persecuciones de su marido continúan, hasta el punto de recibir un disparo que la deja mal herida. Finalmente es condenado y ella consigue liberarse de él.

A raiz de un viaje a Londres, donde Flora consigue penetrar en la cámara de los lores disfrazada de hombre y donde entra en cometo con los obreros que malviven en una sociedad que les da la espalda, decide dedicar sus esfuerzos en un futuro sobretodo a la clase obrera: antes de empezar a gestarse las ideas de Marx y Engels, viaja por toda Francia dando apoyo a los trabajadores de su país.

En 1844 fallece víctima del tifus con solo 41 años, dejándons plasmadas sus ideas y sus vivencias en su prolífica obra, de la cual destacan Peregrinaciones de una paria, Paseos en Paris, Selección de Cartas, una recopilación de cartas del Libertador Simón Bolívar, Unión Obrera así como otros dos libros a favor del divorcio.


Bibliografía:

Flora Tristan: Feminismo y Socialismo. Antología
Edición de Ana de Miguel y Rosalía Romero
Colección: Clásicos del Pensamiento Crítico - Editorial La Catarata 2003

Introducción:
Flora Tristán, hacia la articulación de feminismo y socialismo en el siglo XIX.
Por Ana de Miguel y Rosalía Romero

Textos originales de Flora Tristán:
- A los obreros y las obreras - 1843
- Por qué menciono a las mujeres - 1843
- Los obreros de las fábricas - 1840
- Mujeres públicas - 1840
- Las mujeres inglesas - 1840

jueves, 10 de julio de 2014

JAQUELINE SUSANN






Jacqueline Susann nació en Filadelfia, Pensilvania, siendo sus padres Robert Susann, un pintor retratista, y Rose, una maestra de primaria.1 En la escuela Susann no destacó en sus estudios, aunque sí lo hizo por su inteligencia, lo que motivó que su madre predijera que algún día sería una buena escritora. Sin embargo, la primera aspiración de Susann era ser actriz.

La relación con su padre siempre fue mucho más cercana que con su madre, y esto lo plasmaria en la relación que sus protagonistas femeninas tenían con sus propios padres (especialmente en El Valle de las Muñecas con Anne Welles, y Una vez no Basta con January Wayne). Robert Susann consintió siempre a su hija y alimento en ella, el deseo por convertirse en una gran actriz, pero también era un aficionado por las mujeres, y a lo largo de su matrimonio, sería infiel a su esposa, en incontables ocasiones, situación que Jacqueline sabia e incluso, no desaprobaba.
Rose creía mantener intacta su dignidad de esposa, cerrando los ojos ante la situación y tratando de fomentar hábitos de responsabilidad y estudio, en su hija Jacqueline, situación que a Jacqueline no le gustaba cuando niña, y hacía que se llevara mejor con su padre, quién nunca le hablaba de responsabilidades.
Años después, tras la muerte de su padre, la relación de Jacqueline con su madre mejoraría mucho, al grado de que comprendió lo mucho que había sufrido su madre ante las infidelidades de su marido.

En la época en la que Susann entraba en la high school tenía escarceos con las drogas y se había ganado la reputación de ser una asidua a las fiestas. Tras graduarse en la West Philadelphia High School en 1936, y contra el deseo de sus padres, Susann se fue a Nueva York para intentar hacer una carrera como actriz.

Tras su llegada a Nueva York, Susann hizo pequeños papeles en películas, obras teatrales (entre ellas The Women), y comerciales. Un año más tarde consiguió un trabajo teatral de cierta importancia, interpretando a una modelo, y ganando 25 dólares semanales. Mientras estaba en Nueva York conoció a un agente, Irving Mansfield, con el cual mantuvo una relación, a pesar del hecho de no sentirse atraída sexualmente por él. A cambio, Mansfield apoyó a Susann publicando fotos suyas en las secciones de teatro y sociedad de la prensa neoyorquina. La treta funcionó, y la pareja se casó el 2 de abril de 1939 en Filadelfia.

Tras la boda, Mansfield siguió dirigiendo la carrera de Susann, consiguiendo que participara con regularidad en The Morey Amsterdam Show. Después obtuvo un papel en el show de Broadway A Lady Says Yes, protagonizado por Carole Landis y Jack Albertson. Al año siguiente escribió su primera obra, Lovely Me, que se representó en Broadway con un total de 37 funciones.

A pesar de la dedicación de Mansfield a Susann, durante todo su matrimonio hubo rumores de que ella le era infiel. Una de las primeras relaciones de Susann fue con el actor, comediante y cantante Eddie Cantor. Cantor contrató a Susann para participar en la gira de Banjo Eyes. Cantor dejó a Susann cuando su esposa descubrió el affaire. En 1942 Susann conoció al comediante Joe E. Lewis, con el que inició otra relación. Esta aventura hizo que Susann le comunicara a Mansfield, el cual había sido llamado a filas, que su relación había acabado. Cuando Lewis supo que Susann y Mansfield se separaban y que Susann quería casarse con él, entró a formar parte de la United Service Organizations, siendo enviado a Nueva Guinea.
A finales de 1944 Mansfield y Susann se reconciliaron, y en 1946 tuvieron un hijo llamado Guy, al cual le diagnosticaron autismo a los tres años de edad.


Literatura y carrera televisiva




En 1951 Susann presentó un talk show para la cadena DuMont Television Network llamado Jacqueline Susann's Open Door, pero el programa duró menos de dos meses.
Susann siempre sintió una fuerte inquietud por la escritura, al grado que, desde niña hasta su muerte, llevó un diario, el cual le sirvió para adquirir la escritura como un hábito y, finalmente, para usar algunas de sus vivencias e ideas, y plasmarlas en sus novelas. Sin embargo, Jacqueline Susann nunca se había tomado muy en serio como escritora, pues a ella solo le importaba triunfar como actriz. Aunque, al ver que pasaban los años y ella no se convertia en una actriz importante, empezó a considerar la escritura como su camino a esa fama, que tanto la obsesionaba.
A principios de los años sesenta Susann intentó escribir una obra de periodismo de investigación acerca del mundo del espectáculo y las drogas ilegales que iba a titular The Pink Dolls. Sin embargo, cambió de opinión y escribió su primer libro, Every Night, Josephine!, el cual era un libro lígero, basado en sus experiencias con su perro caniche, Josephine. Esta obra se consideró una obra fuera de lo corriente para la época, por su tema lígero, pero tuvo el suficiente éxito para que pudiera publicar su segundo libro, la novela El valle de las muñecas.
Sobre esa época, a Susann le diagnosticaron un cáncer de mama. Fue sometida a una mastectomía el 27 de diciembre de 1962, pero mantuvo su enfermedad en secreto. A pesar de todo ello empezó a escribir su novela El valle de las muñecas.
Esta novela fue la más vendida en Estados Unidos durante muchas semanas. A este éxito le siguieron otros dos con las novelas The Love Machine, publicada en 1969, y Una vez no Basta, publicada en 1973, un año antes de su fallecimiento.
El valle de las muñecas
El valle de las muñecas: cuenta la historia de tres jóvenes amigas (Anne Welles, Neely y Jennifer) muy diferentes entre sí (a lo largo de veinte años, de 1945 a 1965 ), que solo tienen en común sus ansías de triunfo en la vida y su extraordinaria belleza; en medio de su paso por la vida y finalmente su triunfo económico, habrá personajes extravagantes, pastillas para dormir, hombres que no las comprenden, amores fallidos, fama, dinero y muchas traiciones que las llevarán a la soledad y la desilusión de la vida. Esta novela fue inicialmente rechazada por numerosas editoriales. Sin embargo, Susann persistió y, cuando se publicó el 10 de febrero de 1966, tuvo un éxito inmediato de ventas, aunque muchos críticos literarios la destrozaron. El tema y el uso del lenguaje se consideraban inapropiados para buena parte del público de la época, y mezclaba un estilo narrativo similar al de un serial televisivo con personajes audaces y no tradicionales. La historia era una novela en clave, con personajes supuestamente basados en celebridades de la vida real como Judy Garland y Ethel Merman.
El valle de las muñeca rompió récords de ventas (unos 30 millones de ejemplares). A pesar de la fama de la obra, muchos autores del momento, entre ellos Gore Vidal, negaban el talento de Susann como escritora. Parte del éxito de la novela se debía al incansable esfuerzo de Susann y Mansfield en promocionarla. La pareja viajó por todo el mundo promocionándola, especialmente por países de habla inglesa.
En 1967 el libro se adaptó en una película del mismo nombre, protagonizada por Patty Duke, Barbara Parkins y Sharon Tate. Susann hizo un cameo en el film como reportera en el escena del suicidio de Jennifer North. Sin embargo, la película tuvo malas críticas, y la misma Susann estaba descontenta con ella, en especial por el cambio que en la película hacen del final original del libro.
La máquina del amor
La máquina del amor nos cuenta la historia de un periodista aficionado a las mujeres, que descubre que su promiscuidad se debe a un trauma de la infancia. Este libro nos habla del mundo de la televisión norteamericana, desde un tono mucho más light que el melodramático tono empleado en "El Valle de las Muñecas".
Una vez no basta
Nos habla de January Wayne, la introvertida y virginal hija de un famoso y mujeriego productor de teatro y cine (Mike Wayne) y el mundo lleno de excesos, lujos e hipocresía que los rodea (la alta sociedad y el mundo del espectáculo). Luego de tres años alejada del mundo por un accidente que casi le cuesta la vida, January regresa a Nueva York, intentando independizarse, encajar entre jóvenes de su edad y buscar su propia identidad, sin imaginar el final que el destino le tiene preparado... Quizás este sea el libro más fuerte de Jacqueline Susann, debido a las explícitas descripciones que emplea en las escenas de sexo, pero también, quizás, puede resultar el más honesto y surrealista de todos. Una vez no Basta aunque fue destrozada por muchos críticos de cine en su momento, también fue adaptada al cine (en 1975) protagonizada por Kirk Douglas como Mike Wayne y Melina Mercouri como Karla, resulto un éxito rotundo en taquilla y la música fue compuesta por Henry Mancini.

martes, 8 de julio de 2014

¿Qué es lo vivido? Dolores Castro.




(Fragmento, Editorial UAEM/IMC, 1989)


IV

Es el mar
que regresa después de huir mil veces.
Son los días y su paso de langosta
que devora el silencio.
Es el mar y los días:
son las horas de paso redoblado
y las noches fugaces
con sus lunas que crecen y decrecen.
Es el sol cotidiano y sus fulgores;
el cielo de la noche,
donde asoman sus ojos centenarios
muchas estrellas frías.

Soy yo
con una caja resonante
donde guardo preguntas. 


V

Es de tarde, la sombra se extiende:
los altos edificios, jaulas de oro,
se levantan al paso: el autobús
sortea un chirrido de frenos y el obstáculo.
Apenas veo. Vamos de pie, y cada uno a solas
en esa multitud.

El camionero hace malabarismos,
cobra el pasaje, pide: ¡Pasen al fondo!
¿Al fondo de qué?
de sus diez horas de trabajo,
mientras bajan y suben las hormigas.
Allá, en las jaulas de oro, los burócratas
del turno vespertino
van tras el humo de sus cigarrillos
fuera de las ventanas.
Ha pasado la hora del café, y del último chiste
subido de color.
Los pálidos del ocio
también miran
caer la tarde, mientras todos
nos preguntamos: ¿por qué y para qué? 


VI

Era la ira su forma de ser muerte
y la vida con ella
loco juego de sangre:
el trato humano choque de sombras
estruendo de materias divididas

La muda ostentación de los instintos,
el acechar,
y el comprar y vender,
vender,
venderse,
acción de cada día.

Era la muerte su escudo y su lanza,
la sombra su color,
y la terrosa ilusión de ser hombres
su condición. 


VII

La filiación de Dios
no se reconocía:
Ay como en ese tráfico de aceros,
inmisericordes
en el roce con sus semejantes
ensamblados 


como ruedas dentadas de una máquina
enloquecida.

Las ruedas duermen sobre sus órbitas:
silban sin sueños mientras giran
los días y las noches dentro del tórax
sin alterar el ritmo de la sangre
sin despertar a uno solo
corazón amante. 




Referencia: 
http://www.excentricaonline.com/libros/escritores_more.php?id=6216_0_8_0_M